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El ajo es un cultivo fantástico que ofrece beneficios tanto culinarios como para la salud. Ya sea que sea nuevo en la jardinería o tenga algo de experiencia, esta guía lo guiará en cada paso para cultivar ajo con éxito en su jardín.

Preparación del suelo

El ajo prospera en suelos soleados y bien drenados con una textura franco-arcillosa. Prefiere suelos con un nivel de pH entre 6,2 y 6,8. Un buen drenaje es fundamental para evitar que los bulbos se pudran. Para mejorar su suelo, agregue abono o cultivos de cobertura vegetal como trébol o trigo sarraceno y lávelos.

Preparando su jardín

Para parcelas más pequeñas, excave las 6 a 12 pulgadas superiores de tierra. A las raíces de ajo les gusta crecer profundamente, por lo que un suelo bien labrado es beneficioso. Mezcle materia orgánica como compostaje para enriquecer el suelo. Una pasada final con un cultivador puede ayudar a romper la tierra para facilitar la siembra.

Tiempo y técnica de plantación

La mejor época para plantar ajo es en otoño, aproximadamente de 4 a 6 semanas antes de que el suelo se congele. En el área metropolitana de Denver, el objetivo es plantar a mediados de septiembre. “Rompe” los bulbos para separar los dientes y plántalos a unas 2 pulgadas de profundidad con el extremo puntiagudo hacia arriba. En climas secos, puedes plantar clavos directamente en suelo ligeramente seco. Para suelos más húmedos, haga agujeros con el palo de una escoba antes de plantar.

Espaciado y profundidad

Plante los dientes muy juntos, dejando de 4 a 6 pulgadas entre ellos para el ajo de cuello duro y de 6 a 8 pulgadas para el ajo elefante. Una siembra más cercana ayuda a controlar las malezas a medida que crecen las plantas. Separe las hileras a una distancia de 24 a 30 pulgadas para permitir un fácil desmalezado.

Triturada

El mantillo es vital para mantener constante la humedad y la temperatura del suelo. Aplique varios centímetros de paja, alfalfa o recortes de césped inmediatamente después de plantar para ayudar a retener la humedad y eliminar las malezas.

Riego

Mantenga la tierra constantemente húmeda pero no encharcada, especialmente durante la germinación y cuando los brotes están creciendo. Reduzca el riego a finales de la primavera a medida que los bulbos maduran para evitar moho u hongos.

Cosecha

Coseche el ajo cuando el tercio inferior o la mitad de las hojas se hayan vuelto marrones. Utilice una horca para levantar suavemente los bulbos del suelo, teniendo cuidado de no dañar los tallos.

Curado y almacenamiento

Después de la cosecha, cura el ajo secando toda la planta, incluidas las hojas, durante 2 a 3 semanas en un área bien ventilada. Cuélguelos en manojos o guárdelos sin apretar en bolsas de malla para asegurar una buena circulación del aire. Recorta la parte superior y las raíces después del curado. Guarde el ajo en un lugar fresco y seco con temperaturas entre 50 y 70 °F y una humedad relativa del 50 al 60 %.