Cultivar tus propias papas es una forma económica de reducir los gastos en comestibles y disfrutar de alimentos nutritivos y ricos en fibra. Son un cultivo versátil que se puede utilizar de diversas maneras, lo que las convierte en una excelente adición a tu jardín o balcón.
Nuestras variedades favoritas:
German Butterball
- Tiempo de maduración: (85-115 días)
- Mejores usos: Asar, hacer puré, hornear, freír y preparar sopas.
La papa Butterball alemana es una favorita de las familias, conocida por su excepcional sabor y versatilidad. Estas papas, de redondas a oblongas, tienen una textura hojaldrada pero jugosa que destaca en todo, desde puré de papas hasta asados crujientes. Destacan en las pruebas de sabor, además de ser fáciles de almacenar y rendir en abundancia en el jardín.
Patatas Russet
- Tiempo de maduración: 85-115 días
- Los mejores usos: Hornear, triturar, freír (patatas fritas, hash browns), asar
Su alto contenido en almidón y su baja humedad proporcionan un interior ligero y esponjoso cuando se hornean o se hacen puré, y un exterior crujiente cuando se fríen. Estas características las hacen ideales para platos clásicos como las patatas asadas, las patatas fritas y el puré de patatas cremoso. Sin embargo, debido a su tendencia a romperse al cocerlas, son menos adecuadas para recetas que requieren que las patatas mantengan su forma, como las ensaladas de patata.
Oro de Yukón
- Tiempo de maduración: 65-75 días
- Los mejores usos: Asar, triturar, hervir, hornear, saltear
Las Yukon Gold son apreciadas por su versatilidad en la cocina. Su contenido medio de almidón y humedad las hacen adecuadas para una amplia gama de métodos de cocción, mientras que su sabor naturalmente mantecoso y su textura cremosa les permiten brillar en platos con un mínimo de condimentos. Se conservan mejor en un lugar fresco y oscuro con buena ventilación. Debido a su mayor contenido de azúcar, tienen una vida de almacenamiento más corta que las patatas russet.
Primeros pasos con las patatas de siembra:
El primer paso para el éxito es elegir las patatas de siembra adecuadas. No son lo mismo que las patatas del supermercado, que a menudo se tratan para evitar que broten. Las patatas de siembra certificadas están libres de enfermedades y se crían específicamente para la siembra.
Preparar la tierra y plantar:
Las patatas crecen mejor en tierra suelta, que drene bien y sea rica en materia orgánica. Elige un lugar soleado donde las plantas reciban al menos de seis a ocho horas de luz solar al día.
Antes de plantarlas, puedes cortar en trozos las patatas de siembra más grandes, asegurándote de que cada trozo tenga al menos uno o dos «ojos». Deja reposar los trozos cortados uno o dos días para que la superficie se endurezca, lo que ayudará a evitar que se pudran una vez plantadas.
Cava un hoyo o zanja de unos cinco o seis centímetros de profundidad y mezcla un puñado de abono. Planta cada patata de siembra a unos 30 cm de distancia. Si las plantas en hileras, sepáralas entre medio metro y medio metro.
Después de plantar, riega lenta y profundamente tus nuevos trozos de patata de siembra. Cubre el hoyo con una capa gruesa de mantillo, como paja, que ayudará a retener la humedad, suprimir las malas hierbas y evitar que la luz del sol llegue a los tubérculos. Mantén la tierra constantemente húmeda, pero evita regar en exceso y crear un suelo empapado, sobre todo cuando las plantas empiecen a florecer, que es cuando los tubérculos se están formando bajo tierra.
La importancia de la colina:
Una de las tareas de cuidado más importantes al cultivar patatas es el «aporcado». Cuando las plantas crezcan y alcancen unos 15 cm de altura, amontona tierra o compost alrededor de la base de cada planta para cubrir los tallos inferiores. Sigue amontonando cada dos semanas durante el periodo vegetativo. Esto no sólo impide que la luz del sol llegue a las patatas en desarrollo -lo que las vuelve verdes y tóxicas-, sino que también anima a la planta a producir más tubérculos a lo largo de sus tallos enterrados.
Hacer frente a plagas y problemas:
En general, las patatas son fáciles de cultivar, pero puedes encontrarte con algunos problemas comunes. La rotación de cultivos es clave para evitar enfermedades: no plantes patatas (ni otras solanáceas como los tomates) en el mismo lugar año tras año. Vigila los escarabajos de la patata de Colorado, que pueden recogerse a mano o tratarse con opciones orgánicas como el aceite de neem. Un espaciado adecuado, el aporcado y evitar el riego excesivo también ayudarán a prevenir enfermedades fúngicas como el tizón y la podredumbre.
Cosecha y almacenamiento de tu cosecha:
Puedes empezar a cosechar las pequeñas «patatas nuevas» en cuanto florezcan las plantas, pero para las patatas de tamaño completo, espera a que el follaje empiece a amarillear y a morir. En ese momento, deja de regar y deja que las pieles se endurezcan bajo tierra durante un par de semanas. Luego, desentierra suavemente la cosecha con un tenedor de jardinería o con las manos, con cuidado de no perforar los tubérculos.
Tras la cosecha, coloca las patatas en una zona fresca y a la sombra para que se curen durante una o dos semanas. Esto ayuda a prolongar la vida de almacenamiento al secar la piel y curar cualquier herida menor. Guárdalas en un lugar oscuro y fresco (pero no helado) con buena circulación de aire, idealmente entre 40 y 50°F. Evita la refrigeración, que puede convertir los almidones en azúcar y afectar al sabor.