Demos gracias
Por Max Coots
Demos gracias por la abundancia de personas.
Para los niños que son nuestra segunda siembra, y aunque
crecen como malas hierbas y el viento se las lleva demasiado pronto, pueden
nos perdonan nuestro cultivo y recuerdan con cariño dónde
son sus raíces.
Demos gracias:
Para amigos generosos…con corazones…y sonrisas tan brillantes
como sus flores;
Para amigos aguerridos, tan agrios como las manzanas;
Para los amigos continuos, que, como cebolletas y pepinos,
siguen recordándonos que los hemos tenido;
Para amigos cascarrabias, agrios como el ruibarbo e indestructibles;
Para los amigos guapos, que son tan guapos como berenjenas y
tan elegantes como una hilera de maíz, y las otras, tan sencillas como
patatas y tan bueno para usted;
Para los amigos divertidos, que son tan tontos como las coles de Bruselas y
tan divertidas como las alcachofas de Jerusalén;
Y amigos serios tan poco pretenciosos como las coles, tan sutiles
como la calabaza de verano, tan persistente como el perejil, tan deliciosa como la
eneldo, tan interminables como los calabacines y que, como las chirivías, pueden ser
para pasar el invierno;
Para los viejos amigos, que asienten como girasoles al atardecer,
y jóvenes amigos que vienen tan rápido como rábanos;
Por los amigos cariñosos, que nos rodean como zarcillos y sostienen
nosotros, a pesar de nuestras lacras, marchiteces y marchitamientos;
Y por último, para los amigos que ya no están, como los jardines pasados
que se han cosechado, pero que nos alimentaron en sus tiempos que
podríamos tener vida después.
Por todo ello damos gracias.
Gracias a
Debra Johnson
¡por pasarnos esto!
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