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La población de Colorado está creciendo rápidamente, ubicándose como el cuarto estado de más rápido crecimiento en los EE. UU. Este crecimiento, junto con el uso diario de agua de 208 galones per cápita en Colorado—superior al promedio nacional de 179 galones—subraya la importancia de la conservación del agua en el Estado del Centenario. En Denver solamente, se destina el 55% del uso residencial de agua al riego del paisajes. EPA estima que más de la mitad del agua se desperdicia debido a prácticas ineficientes. La práctica eficiente de la conservación del agua es una responsabilidad de todos los jardineros para garantizar suficiente agua para todos.

En el jardín de verduras, el hecho de leer las plantas y las señales ambientales con habilidad garantiza, ni más ni menos, que el uso de la cantidad exacta de agua necesaria. Se deben regar las plantas y el suelo según la necesidad, y no obedeciendo un hábito. En general, los jardines de vegetales requieren ser regados solamente 2 a 3 veces a la semana, incluso durante el calor del verano. Contrariamente a lo que se cree, se debe regar la tierra, no las plantas. Cuando se proporciona riego profundo y poco frecuente, las plantas desarrollan raíces más fuertes y profundas que resisten mejor las épocas de sequía que se producirán más adelante en la temporada. La implementación de estos consejos prácticos no solo aborda los desafíos de escasez de agua, sino que también reduce costos y controla la proliferación de malezas. 

Conozca su suelo

Entender su tipo de suelo es crucial. Los suelos arcillosos son densos y absorben agua lentamente, mientras que los suelos arenosos drenan rápidamente, requiriendo un riego más frecuente. Independientemente del tipo de suelo, agregar compostaje mejora la penetración y retención del agua. Cuando se enriquece el suelo con 1 a 2 pulgadas de compostaje en la primavera ello ayuda a reducir el uso de agua hasta en un 20%.

Técnicas de riego

El riego manual se destaca como un método eficiente en relación con el uso del agua. Según EPA, los jardineros que utilizan este método consumen un 33% menos de agua que aquellos que utilizan sistemas de riego automatizados. El riego manual permite un control preciso, respondiendo a las cambiantes condiciones de humedad del suelo. Cuando el agua comienza a acumularse en la superficie, es hora de detenerse. Espere a que el agua penetre más profundamente, asegurándose de que alcance más allá del nivel de las raíces.

Prácticas eficientes de riego

Riegue durante las partes más frescas del día, temprano por la mañana o por la tarde al anochecer, para maximizar la absorción de humedad y minimizar la evaporación. Dirija el agua hacia el suelo y las raíces, evitando mojar la follaje para prevenir enfermedades como el tizón y el mildiu polvoriento. Cultivar el suelo antes de regar mejora la penetración del agua, mientras que el compostaje regular enriquece la estructura del suelo y potencia la retención del agua.

Mantillo y sombra

El mantillo ofrece múltiples beneficios – conserva agua, regula la temperatura del suelo, previene la erosión y enriquece el suelo. Utilice mantillos orgánicos como periódicos, paja o recortes secos de césped para cubrir la superficie del suelo, reduciendo las necesidades de agua. Además, al espaciar estratégicamente las plantas para permitir que las hojas maduras den sombra al suelo, se conserva la humedad y se reduce la evaporación.

Monitoreo y cosecha

Revise regularmente los niveles de humedad del suelo, intentando ofrecer aproximadamente una pulgada de agua por semana para obtener un crecimiento óptimo. Reconozca que las hojas marchitas pueden ser una respuesta natural al calor, en lugar de una señal para regar de inmediato. Coseche los cultivos a tiempo para mantener la salud y productividad de las plantas, eliminando las plantas demasiado crecidas o enfermas de forma oportuna.